La casa del pueblo.

Desde estas vistas
donde no llega internet,
ni tienen los móviles cobertura;
hasta su alma,
sólo me lleva un suspiro,
sentirle aquí conmigo.

Y me olvido del mundo,
me olvido de todo...
menos de él.

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Paso bastantes días, este verano, en la casa del pueblo.
Allí casi no hay nada...
Sólo se escuchan las risas de los niños,
el canto de algún pajarillo
y el viento.

Y entre tanta soledad
aprecias mejor la compañía.
Los fines de semana
nos reunimos buenos amigos,
hacemos barbacoas
y nos dan las tantas de la madrugada
entre canciones del karaoke,
baños en la piscina,
copitas y partidas al buzz
o cualquier otro juego con opción multijugadores
en la wii o la play.
Charlamos sobre la vida,
y hacemos los planes para otro día...

Una moraga en la playa...


En verano, solía leer uno o dos libros.
En cambio ,aún éste, nisiquiera he elegido alguno.

Solía soñar con crear,
ahora intento crear lo que sueño.