¿Todos los finales son felices?

TAN SÓLO.

Tan sólo nos cruzamos,
apenas nos miramos y supimos
que somos sólo uno.

Ahora me miras y te callas.
Deseas en silencio mi regreso.
En tus ojos un reproche que denuncia
mi abandono involuntario
que es tan sólo,
tú lo sabes,
el grito del silencio
que en mi cuarto recubre las paredes.

Estás ahí, tan cerca y tan lejos,
esperando que vaya a tu lado.
Quisiera responderte
y no sé cómo.

Sabes que llevas repletos los bolsillos
con mis besos
e imaginarios abrazos a escondidas.
Sonreímos
como dos niños que pecan a sabiendas.

Tan sólo nos miramos
y seguimos dos caminos separados.
Quizás nunca hablaremos, pues guardamos
en cerrado secreto nuestros nombres.
Los dos sabemos,
sin hablarnos,
que es soñar otra manera de ser
y de existir.

Con el silencio hemos de estar conformes
y sentirnos colmados por la dicha
de habernos encontrado
aquella tarde
en el camino.

Tan lejos y tan cerca,
nuestras vidas son dos líneas paralelas
que discurren
en pos del infinito.

Paso a paso..

Hoy me perdí por las calles. Paseaba sin rumbo fijo. Me dejaba llevar por el paisaje, la gente, y ese dulce y seductor olor que desprende la flora en esta estación.

No sé de qué forma vuelves siempre a mí. Me sorprendo a mí misma pensando en tí.
Mi pensamiento va más allá, me lleva contigo..y mi mirada se aleja al horizonte, como si fuera a tu encuentro.
Y pienso que me piensas.
Me detuvo otra mirada. También amiga, cariñosa y amable. Me devolvió a mi presente.
Donde no estás. Donde ya no te busco.
Siempre supe que nuestra partida quedaría en tablas. Ni tú, ni yo.
Y la vida misma me dió la respuesta que buscaba en tí.


Quise no ser una más. Alguien a quien olvidar.

Y en mi presente convivo con tu cicatriz. Que ya no duele, que ya no sangra. Pero que está ahí.